La Primera Comunión es un evento especial que merece ser capturado con la máxima calidad y profesionalismo. Aunque puede ser tentador ahorrar dinero contratando a un fotógrafo aficionado, aquí te damos diez razones por las que no es la mejor idea.

1. Calidad de las imágenes

Los fotógrafos aficionados pueden tomar buenas fotos, pero la calidad y la consistencia de sus imágenes a menudo no se comparan con las de un profesional. La iluminación, la composición y la edición pueden ser inconsistentes, lo que puede resultar en fotografías de menor calidad.

2. Falta de equipo profesional

Los fotógrafos profesionales invierten en equipo de alta calidad, que incluye cámaras, lentes, luces y software de edición. Los fotógrafos aficionados pueden no tener acceso a este tipo de equipo, lo que puede limitar la calidad de sus fotos.

3. Poca experiencia con eventos

Capturar un evento como la Primera Comunión requiere habilidades y experiencia específicas. Un fotógrafo profesional sabe cómo manejar los desafíos que pueden surgir en un evento, como cambios de luz, interrupciones y manejo de tiempo.

4. Menor habilidad para dirigir a las personas

Un fotógrafo profesional tiene la habilidad de dirigir a las personas para obtener las mejores fotos. Esto es particularmente importante en un evento con niños, donde el fotógrafo necesita mantenerlos comprometidos y cómodos frente a la cámara.

5. Menos garantías

Un fotógrafo profesional generalmente ofrece garantías para su trabajo, lo que significa que si algo sale mal, hará todo lo posible para solucionarlo. Un fotógrafo aficionado puede no ofrecer este tipo de garantías.

6. Edición profesional

La postproducción es una parte esencial de la fotografía profesional. Los fotógrafos profesionales tienen las habilidades y el software necesario para mejorar y retocar las imágenes, mientras que un fotógrafo aficionado puede carecer de estas habilidades.

7. Menos compromiso con la calidad

Un fotógrafo profesional se dedica a proporcionar la mejor calidad posible porque su reputación y su negocio dependen de ello. Un fotógrafo aficionado, aunque bien intencionado, puede no tener el mismo nivel de compromiso.

8. Ilegalidad y evasión fiscal

Es ilegal que un fotógrafo aficionado cobre por realizar un trabajo de reportaje fotográfico sin estar registrado como negocio y pagar los impuestos correspondientes. Esta práctica no solo es injusta para los fotógrafos profesionales que cumplen con sus obligaciones fiscales, sino que también perjudica a toda la comunidad al privar al estado de ingresos fiscales que podrían usarse para servicios públicos.

9. Falta de responsabilidad legal

Si contratas a un fotógrafo aficionado que no puede emitir facturas legales, no tendrás ninguna garantía ni forma de exigir responsabilidad si algo sale mal, como la pérdida o daño de las fotos.

10. Daño a la industria fotográfica

Apoyar a fotógrafos que trabajan de manera ilegal daña a la industria fotográfica en su conjunto. Los fotógrafos profesionales invierten tiempo y dinero en capacitación, equipo, seguros y cumplimiento de sus obligaciones fiscales. Cuando los fotógrafos aficionados cobran por sus servicios sin cumplir con estas responsabilidades, desvalorizan el trabajo de los profesionales y crean una competencia injusta.

La Primera Comunión de tu hijo/a es un momento especial que será recordado por el resto de su vida. Con tanto en juego, es esencial que te asegures de tener fotografías de alta calidad que capturen la esencia del día. Contratar a un fotógrafo profesional te dará la tranquilidad de saber que los recuerdos de este día tan especial serán capturados con la máxima calidad y profesionalidad. En resumen, aunque contratar a un fotógrafo aficionado puede parecer una opción más económica, las posibles desventajas superan con creces el ahorro de costos.